“NUESTRA RAZA’
ORGANO DE LA
COLECTIVIDAD
NUESTRA RAZA
Núm. 1
Revista Mensual—Organo de la colectividad de color
dirección y administración: CONSTITUCION 1760
CUERPO DE REDACCION
Año I
PILAR E. BARRIOS, TULIO GUTIERREZ, GILBERTO CABRAL, SANDALIO GUTIERREZ,
FELICIANO A. BARRIOS, CARLOS CARDOZO l'ERREIRA, VENTURA BARRIOS
Toda correspondencia, giros, etc. debe ser dirigida a la Dirección. Toda colaboración aunque traiga seu
dónimo debe venir firmada.- No se devuelven los originales sean o no publicados. Toda
persona de color puede colaborar en esta revista. La dirección no se res¬
ponsabiliza de las ideas vertidas por los colaboradores
MONTEVIDEO AGOSTO 23 DE 1033
DE NUEVO EN LA BREGA
H ace algunos años, —no tantos como para que pudiéramos olvidar aquellos
momentos más o menos felices — borroneábamos carillas para un peque¬
ño periódico de la colectividad, que viera la luz en uno de los pueblos
del Este de la República: San Carlos.— En aquel entonces, la lucha fué ardua
y tenaz, no tanto por lo que significaba para nosotros el embarcarnos en las ta¬
reas del periodismo, sino por el medio en que habríamos de actuar, -complicado
y estrecho y que por lo mismo, requería el doble esfuerzo de voluntad y cono¬
cimientos.— Luchamos, no obstante, con ahinco y decisión por el bien de nues¬
tra colectividad, orillando los obstáculos que se cruzaron en el camino y segui¬
mos adelante, con el optimismo del que entra a la lucha a cumplir un deber,
llevando siempre fija la vista en el más allá.
Y si fué en aquella época en que experimentamos el acre sabor de las pri¬
meras desazones, fué también que recibimos voaes de aliento de distintos sec¬
tores que nos estimularon a seguir en la empresa y nos alentaron — cuando
causas poderosas nos obligaron a abandonar las tareas periodísticas, —a for¬
mular la promesa de volver un día u otro a bregar por el mismo ideal.
Prometimos volver y aquí estamos. Y aunque lo hacemos desde otro escena¬
rio y en momentos de excepción, difíciles, en que los valores morales, crujen
en el entrechoque violento de las pasiones; en instantes en que de un confín a
otro del mundo, impera «la razón de la fuerza», en que la honda crisis, agudiza¬
da-por los complejos problemas sociales, levanta el clamor general de los hu¬
mildes, creemos que llegamos en la- hora propicia en que es necesaria la colabo¬
ración de todos, para dar solución a esos problemas.
Volvemos, como decimos más arriba, con los mismos propósitos y los mis¬
mos anhelos siempre acariciando los altos ideales de engrandecimiento de nues¬
tra colectividad, poniendo en ello pensamiento y voluntad, que hoy como ayer
se mantiene intangible en nosotros.
Confiamos—y no creemos pecar de ilusos—que encontraremos en todos y cada
uno de los elementos de nuestra colectividad, el más decidido apoyo moral y
material, para que la semilla fructifique y pueda Nuestra Ra'za seguir apare¬
ciendo y al par que levantando su voz sincera, exponiendo ante todos el grado
de capacidad alcanzado por la colectividad de color.
Pilar £, Bat rios
2.
NUESTRA RAzA
E l proceso Scottsboro, marca el pun¬
to álgido de la lucha de razas en
Norte América, demostrando ante el
mundo civilizado hasta donde pueden
llegar los prejuicios raciales de una na¬
ción, que en su soberbia, niega hasta
los más elementales principios del de¬
recho del hombre.
La civilización, con todas sus sabias
enseñanzas, no ha podido allí, barrer
con ciertas prácticas que por lo arcai-
Chamlee, jefe de la defensa de los jó¬
venes negros, impusieron al juez Horton
la libertad de los procesados Wrigt y
Williams apoyados por innumerables te¬
legramas y organizaciones obreras, pi¬
diendo a los abogados exigieran la liber¬
tad de los 2 jóvenes negros. Argüyeron
que estos erán menores de edad cuando
fueron acusados, hace más de 2 años de
haber agredido a dos jóvenes blancas en
un tren de mercancías en Alabama, y en
cas, parecerían extirpa¬
das de raíz. Asilos ) r an-
kees reviven los tiem¬
pos medioevales, practi¬
cando el sport de «la
caza del negro» quizás
con más refinamiento de
lo que podían hacerlo
los aventureros negreros
en su infamante comer¬
cio.
Damos a continuación
una breve reseña de es¬
te proceso que por sus
características apasiona
y levanta la protesta en
todo hombre que tenga
un concepto claro de
humanidad.
El 25 de Mayo de 1931
7 negros proletarios de
Scottsboro, Alabama, (E.
E. U. U.) fueron senten¬
ciados a la pena de muer¬
te frajo el cargo falso de
intento de violación de
dos mujeres blancas. La
virtud de la ley de este
Estado hubiera debido
comparecer ante un tri¬
bunal de jóvenes. Además
los abogados demostraron
que la acusación había
sido reducida a la nada
cuando Ruby Bates (una
de las mujeres blancas)
declaró recientemeute en
el último proceso intenta¬
do contra Heyvood Pat-
terson. De una manera
sorprendente, como tes¬
tigo de descargo, declaró
« que todos los jóvenes
« eran inocentes y que en
« el primer proceso ella
« había declarado a insti-
« gación de Victoria Pri-
<' ce, la otra joven que
« iba con ella en el tren
« de mercancía y bajo la
« amenaza de los que
« querían lynchar a los
« jóvenes negros pura y
« simplemente por ser
misma acusación se hizo al octavo pri¬
sionero, un muchacho de 14 años. Quedó
en suspenso la condena a éste cuando
el asunto fue llevado a la Suprema Cor¬
te del Estado de Alabama. Él proceso
ha sido revisado otras Veces y aplazada
la condena bajo la presión de la protes¬
ta de millones de trabajadores y luchas
dirigidas por el Socorro Rojo. La última
batalla en esta lucha ha tenido lugar el
ide Junio de 1935 en Decatud (Alaba¬
ma) cuando Osmond K. Frankel, aboga¬
do del Socorro Rojo y especialista en
cuestiones constitucionales y George M.
« negros ».— El juez, Horton, decidió en¬
viar el asunto de los dos jóvenes al Tri¬
bunal para jóvenes, reconociendo de es¬
te modo que habían sido injustamente de
retenidos durante dos años de prisión e
ilegítimamente juzgados en el Tribunal
Supremo. No obstante, son aún necesa¬
rias protestas de masas mucho más im¬
portantes para arrancar la libertad total.
Hay ya algunos síntomas demostrativos
de que el fiscal pretende entregrar de
nuevo a la silla eléctrica a los jóvenes.
El abogado general, Thomas E. Kgniht,
de Alabama, ha declarado que lucharía
Muestra raza
en el Tribunal de jóvenes a fin de que
los dos jóvenes negros sean entregados
de nuevo a la jurisdicción del Tribunal
Supremo. Pretende hacerlo declarando
que los dos jóvenes son «incorregibles»,
único motivo por el cual podrían ser de
nuevo entregados al Tribunal Supremo.
El juez Horton, de Decatur, prepara tam¬
bién nuevos argumento* en favor de un
nuevo proceso contra Heyvood Patter-
son, el mayor de los jóvenes negros. A
pesar de la declaración de Ruby Bates
reconeciendo la inocencia de los jóvenes
negros y a pesar de la declaración del
médico, demostrando la imposibilidad de
las afirmaciones de la acusación, Pat-
terson debe ser, una vez más, reconoci¬
do culpable y condenado a muerte. Los
otros negros se encuentran actualmente
encerrados en la prisión de Birmingham.
Todos se encuentran, desde hace más de
dos años, en prisión, desde que fueron
detenidos, en 1951 después del alboroto
en el tren de mercancías en Peint Rock
(Alabama). donde habían montrdo en bus¬
ca de trábalo.
lie aquí los datos fidedignos de éste
proceso que hemos obtenido hasta Ju¬
lio de 1933. Surge a través de estos co¬
mentarios, con claridad meridiana, la
inculpabilidad de los detenidos. Solo el
odio de raza^odio ancestral y por lo
tanto doblemente condenable, puede
llevar al patíbulo a unos hombres ino¬
centes.
Si tal sucediera, ello constituiría el
más fulminante anatema para esos
«hombres rubios» de los rascacielos del
Wall Stret, levantados con oro... con
ese oro en el cual — como dijera triste¬
mente Barret*— « hay de todo : hasta
sangre » !
V.
Hombres que necesita la homanidadad, en su camino de perfección
ALBERT SCHWEITZER
EL EXCELSO BENEFACTOR DE UNA
RAZA QUE SUFRE
Qué «enorme satisfacción experimen¬
ta el alma lumia na, sedienta de bon¬
dad y hastiada de mistificaciones de
todo género, ante personalidad de tan
subidos kilates morales como Albert
Schweitzer, ese hombre múltiple y ge¬
nial, que yo llamo el mejor amigo de la
raza negra, desde los tiempos habidos
hasta et endemoniado presente!
Stefan Zweig, ese magistral escritor
austríaco, nos habla con profundo ca¬
riño y reconocimiento de aquel tempe¬
ramento excepcional que es Albert
Sclnveitzer. hombre símbolo de una ra¬
ra estirpe humana, cuyo ejemplo bien¬
hechor en favor de una raza mártir^ pa*
A los hermanos Barrios , espíritus inteligentes
luchadores , reconocidamente .
ga en mucho la indeferencia de la hu¬
manidad, indiferencia que es descono¬
cimiento hipócrita de los males del
inundo.
*
¡Cuán necesarios son, en verdad, los
hombres como este apóstol del protes¬
tantismo! Y no se crea que atribuyo su
tendencia al bien, impulsado por la re¬
ligión a que «pertenece, sino a una di¬
rectriz de su ánima de hombre com¬
prensible y bueno, a una predisposición
eongénita para paliar el sufrimiento de
los que sufren.
La humanidad tendría necesidad de
muchos y muchos hombres como estos,
verdaderos dioses humanos y no de. so¬
listas y mercaderes del bien (a los que
una prensa interesada hace su reclame
ditirámbica), emanando 'de aquí sus
4
tfUEST'fcF, RAZA
“prestigios-’.
Lo único que es de lamentar, y pien¬
se el lector por qué será, es que la obra
de estos (hombres no es más difundida
por todos los ámbitos del Universo.
Pues sólo es conocida por una “élite"
de pseudos humanistas, tocados aún de
soberbia y de inconfesables intenciones,
que se guardan muy bien de hacer co¬
nocer a estos hombres. El nacionalis¬
mo, contraproducente y egoísta, les ve¬
da expandirs'e en forma benéfica y al¬
truista para, la humanidad doliente.
Todos necesitan del bien, pero m ás
mucho más, les más necesitados, aque¬
llos por los que nunca se hizo nada por
hacerles la vida más humana: el caso
de los negros en Africa. Y eso es lo
que ha hecho Álbert *Schweitzer, y así
nos dice Stefan Zweig: “Pero, ai lle¬
gar a los treinta años, Albert. Schweit-
zer toma repentinamente aquella deci¬
sión inesperada, cuyas raíces llegan
hasta lo más profundo de la natura¬
leza de su ser: quiere abandonar Eu¬
ropa. donde no se siente suficientemen¬
te útil, con el propósito de fundar por
sus propios medios en el Africa Ecua¬
torial, un hospital para los más pobres
de los pobres, los más abandonados de
los abandonados, para los negros que
languidecen víctimas de las enferme¬
dades del isueño y de otras dolencias
de los trópicos”.
¡ Cuán desgraciado es que la raza ne¬
gra no pueda hacer llegar bien esten¬
tóreamente, su profundo agradecimien¬
to a este hombre sabio, bueno y prác¬
tico, que se avergüenza de los defectos
de su civilización...! (Aún no esta¬
mos organizados para las demostra¬
ciones colectivas). Y así nos dice otra
vez el autor de “Amock”, profunda¬
mente conmovido: “Ese hombre sólo
quiere expiar por su parte toda aquella
injusticia tremenda indecible, que los
europeos, nosotros, la pretendida raza
blanca, liemos cometido en perjuicio
del continente negro desde hace siglos.
Si alguna vez se describiese el mal (pie
lian causado los europeos en Africa,
cómo por medio del robo de esclavos y
por medio del aguardiente, la bies y
la codicia, dónde lian martirizado, ro¬
bado y diezmado a los inocentes niños
negros (según comprueba Andrés Oble
en su libro sobre el Congo, aún no ha
mejorado mucho en nuestros días), upa
expresión histórica de tal Indole cons¬
tituiría el mayor libro de vergüenza de
nuestra raza, libro que llamaría a la
humildad, por el término de muchos de¬
cenios, a nuestra conciencia f cultural
tan altivamente ostentada.”
Carlos Cardozo Ferreira.
Montevideo, Agostó de 1933.
A LA JUVENTUD DE NUESTRA RAZA
;,Qué es la juventud? Es la inmen¬
sa carcajada (le todo lo (pie existe: es
el infinito germinal, flor de vida, mo¬
vimiento sin fin. el eterno presente, lo
que no hace sombra porque no lia he¬
cho mal: es el día sin noche, rítmica
palpitación: es sustancia, torrente de
glóbulos rojos, conteniedo en cada par¬
tícula un romance xlel ser en sí... Es
lo fenomenal, algo que fué, que es y
que será: es el semental a la vez que
el sembrador. ¿De donde viene; adón-
nuestra raza
5
de va? No lo sé. Es luz en las tinie¬
blas. perfume en la flor, esperanza mu¬
nida de dos alas: la una es amor, la
otra es pensamiento, y se encamina en
su laudo vuelo liaeia la investigación
de1 insondable Cosmos.
Es el Sol de la Patria y el baluar¬
te de la Libertad.
Lino Suárez Peña.
7¡14|93S.
Amar las Artes en cualquiera de sus
diversas manifestaciones, es de un al¬
ma sana que 'pone en evidencia las ex¬
quisiteces de un noble corazó# y un
espíritu galano que vive pletórico de
una orgía santa.
Como no podía ser de otra manera, es
natural que se halle en nuestra colec¬
tividad personas preparadas técnica¬
mente y aptos al aprendizaje, siendo
como somos en la inmensa mayoría, per¬
sonas más o menos cultas. Desdé tiem¬
pos lejanos hay una marcada tenden¬
cia a la música y es notorio los hubo
y los hay buenos. En pintura, canto,
baile, recitales, representación escéni¬
ca, es decir; allá donde irradie un lam¬
po de belleza en su aspecto real o ideal
se encontrará en el medio ambiente un
espíritu probo que vibre en el instante
espontáneo de la eclosión del supremo
deleite. Pues siendo así, es injustifica¬
ble el paroxismo que domina al ele¬
mento joven y entre quienes hay capa-
ces para darnos un espectáculo vivifi¬
cante, haciéndonos rememorar • veladas
que pusieron en evidencia valores, dis¬
cretísimas condiciones y voluntades fé¬
rreas puestas el honorable servicio de
inquietudes altruistas.
Es misión irreductible de la juven¬
tud, pensar y realizar, posee en su “di¬
vino tesoro” el secreto de la eficacia
de la acción y la fuerza prodigiosa y
aleccionadora de Su cálido optimismo.
Sí, pensar y realizar, porque no hay
obstáculo ante su aliento espartano y
su idealismo fervoroso que es un him¬
no a la vida.
¿Por qué esa inacción en una época do
continuas renovaciones?, en que el pen¬
samiento humano vive constantemente
en la búsqueda -de nuevas y reforma¬
doras inquietudes, — como dijera en
una de sus observaciones el maestro
Rodó, — “quién no avanza, retrocede”.
Y así es como se ve ha personas cultas,
ante el triunfo consagratorio universal
de la música negra en su ritmo sinco¬
pado de la “Jazz”, ante una escenó-
frafia sintética o ante un verso viril
de imágenes palpitantes, doquier en¬
cuentre un hálito de innovación con el
sello de su época, quedarse atónito, des¬
orientado, confuso como perdido en ple¬
na luz.
Es necesario, es útil como un tonifi¬
cante al espíritu que la juventud se agi¬
te, — no se ha dejado de hacer nada,
por temor, por egoísmo, por pereza, —
porque el ambiente siempre es propicio
a las reuniones culturales por la sensi¬
bilidad del elemento, la predisposición
y por interpretar que es- por allí donde
se pueden cristalizar bellas realizacio¬
nes, abrá* nuevos horizontes, amén de
NUESTRA RAZA
6
esparcimiento fecundizar el concepto de
solidaridad.
No perdamos el tiempo precioso en
disquisiciones estériles y estreñios en
el cauce saludable de la acción, con t'é
y esperanza.
* I. José Gares.
(Nagel).
ASPIRACIONES
De la falta que hace y lo que podía ser
nuestra Revista
¡'•Cuánto deseamos que nuestra raza
valoro nuestro liunñlde esfuerzo, para
entonces brindarle una Revista, en con¬
sonancia con sus merecimiento! y la
que fuera un bello exponente del des¬
arrollo de su vida en todos los órdenes
del progreso!...
¡Ojalá nuejstra raza, siempre renova¬
da en sus aspiraciones, tenga para mien¬
tra pequeña obra, la simpatía y el co¬
lor que la harán subsistir!
Pensando, que nuestra sociedad vive
huérfana de contacto, que se .descono¬
cen sus actividades, sociales, cultura¬
les, sus afanes, sus deseos, en dos pa¬
labras, su vida, uno queda dolido, de
que carezcamos de una Revista, de un
semanario que nos identifique con el
progreso de la hora, y del que pudié¬
ramos llenarnos de satisfacción al mis¬
mo tiempo que de sano orgullo.
Sin esfuerzo liada se logra. Nosotros
que lo sabemos, empezamos la lid, con
los propósitos mejores, las esperanzas
más bellas y la voluntad más firme, to-
do ello puesto al servicio de nuestra no¬
ble raza.
El comienzo de nuestra colectividad
nos marcará defectos y nos señalará
rutas.
F I G T R A S
DE CASA
Montevideo; el viejo, se va corrida
por el futurismo; las ‘‘Ramblas”, las
“Avenidas” injertos; vistas al mármol
del “Palacio”.
En este momento febril de la destruc¬
ción que construye — seríamos — el
ridículo* si al instalarnos de nuevo no
imitáramos, de acuerdo con los recur¬
sos a esos dueños de cafée del centro,
que por no desentonar le colocan care¬
tas de mármol y loe disfrazan de auto¬
máticos.
Eos “gauchos” bellaquean en el futuris¬
mo, y nosotros, que somos auténticos,
pagamos tributo a esa preocupación o
locura de la hora, la casa abierta a tan¬
ta visita; currydidas e interesantes vi¬
sitas como las que inevitablemente va¬
mos a recibir.
Prevenidos, Snob, elegimos para el re¬
cibidor... figuras... al lápiz...! Colmo.
Ahí va una, alta, ancha de espaldas,
musculosa, de piernas largas, finas;
cubiertas con unos leones justos que
pisten y, caen bien sobre unos de pisar
(49) — sombra — elegante el tipo: mio¬
pe, el poti adorna la cara grandota con
unos alambres, maromas amarradas a
las burreras, se extienden y sirven de
nuestra RAZA
7
sostén a la bolsa de vidrios que balan¬
cea sobre la chata... y, disimulan la
miopía..., viejo chacarero. Montevideo,
no ha podido todavía quitarle ese cami¬
nar a zancadas, resabio del rastrojo, esta
es la primera figura que se haya estam¬
pada en el recibidor de nuestra redac¬
ción.
La segunda, también, alta la figura,
cuasi gruesa, de buen pisar, cachetudo,
como un bebe del “London”, en lo típico
de los de mascar se adivina su origen
bien, afrio, siempre sonríe, siempre fué
y será niño. v
Montevideo, lo aburguesó, como todos
los de tierra adentro siente nostalgia
del pago, cuando maneja el auto (no pro¬
piedad) pero maneja, da la impresión que
sus manos (Guillerminas) llevan las
riendas «de los 4 caballos, fuertes, crio¬
llos de tiro que arrastraban el viejo
break (Carolino).
Montevideo, Agosto 17 de 1933.
Señor Negro
El color de su piel, negro como el aza¬
bache, lo ha colocado para muchos, en
una escala inferior a ciertos truhanes
que tienen la cara como un copo de nie¬
ve de blanca, pero que, en cambio tie¬
nen el corazón y la conciencia, más ne¬
gras que un charco de brea. Sin embar¬
go es usted un ciudadano trabajador,
honesto y lleno de méritos personales.
A su paso ríen los gomosos y tuercen
la cara los idiotas que viven del relum¬
brón y de la pechada y andan a gol¬
pes con la vida. Mientras tanto Vd. se¬
ñor negro, está junto al banco de su tra¬
bajo -día por día, no tiene deudas, vi ye
feliz y no tiene de qué avergonzarse.
Ciertos blancos, son una embrolla con¬
tinua, un rosario de acciones punibles y
andan toda la existencia perseguidos u
observados por la justicia. Tienen blan¬
co el tejido pigmentario y negro lo de¬
más. No sufra Vd. penas por ese des¬
precio de que le hacen objeto los cre¬
tinos que nacieron de otra raza, pero
que en nada es supevior a su raza. Hay
negros famosos, negros sabios, grandes
A
y distinguidos literatos, poetas ^SírTfa-
dos, médicos de renofhbre y abogados
e ingenieros que ocupan con distinción
altos cargos, especialmente en Cuba, en
la Unión y en -otros países más adelan¬
tados que el nuestro en materia de De¬
mocracia y de Igualdad. El color betún
de su piel, le honra. Su moral es apre¬
ciada en todo lo que vale y vive Vd. con
más decencia que toda esa recua de
hombres blancos que lo denigran y pre¬
tenden envilecerlo. Ser negro, no es una
desgracia. Y menos, cuando ese negro
es honrado como Vd. señor. Pregúnte¬
le a esos mequetrefes que lo ofenden a
diario, qué blasones tienen para osten¬
tar a no ser su negra foja de servicio,
a la sociedad en que viven.
A LOS LECTORES
/
Rogamos a toda persona que tenga
noticias, informaciones, etc., etc., que
se refieran a la vida de nuestra socie¬
dad, se sirvan mandárnolas a las di¬
recciones que en otro lugar damos a tal
fin.
A U O O R A El
L I T E R
O tra vez el valle del silencio,
en el que descansan, a la es¬
pera de la dilatada solución, to¬
dos nuestros problemas sociales, j
ha sido hollado.
Su letárgico y casi secular sue¬
ño ha sido interrumpido...
Y a nosotros nos place ver,
cómo un grupo entusiasta v es¬
peranzado ha conseguido humi- j
llar su tradicional hostilidad, y
febriles hacen tremolar el pen¬
dón de los Viejos postulados co¬
lectivos.
Ultimamente, entre nuestros
amigos, hemos sostenido las ven- <
tajas de otra modalidad de ac¬
ción, pero ello no obsta, para
que vibremos emocionados fren¬
te a esta nueva realización y
para que formulemos en honor <
de Cabral,—Viejo compañero de j
ensueños y experimentado timo- <
nel de esta empresa—y de sus
compañeros de NUESTRA RA- j
ZA, el más franco éxito. >
Jocelin. |
MEDITACIONES DE TOBIAS SOBRE
EL AMOR
Tobías ha salo sorprendido de codos
en la mesa, 'donde 'borronea cuartillas,
por esta fría noche de Agosto. Tiene
su fronte candente, enfebrecida, al con¬
juro do su inquieto pensamiento preña¬
do de recuerdos...
. . .Y es así que entonces le obsede
el deseo irresistible de instropeccionar-
so, de autoanalizarse. . .. pero, después,
observa que lo que le embarga es una
fuerzo subconsciente. No es su concien¬
cia directamente lo que le pide que el
se adentre en ella en misión de ob¬
servador. Hay allí muchos objetos in¬
teresantes de la vida, que es mejor no
remover. /Para qué? Y es así que la
magia estupenda de >su pensamiento, le
trae el recuerdo de Ella, de la mujer
que ama y a la que jamás hablará de
amor. Pues asi será para él como un
símbolo, temeroso de ser defraudado
por una realidad abominable.
Tobías no le hablará. Tobías sentirá
por ella una pasión a lo Becker; por¬
que él sabe que ella es la mujer pre¬
sentida. Pero prefiero dejar al Desti¬
no su obra. El solitario amador mu¬
sita estos Tersos:
“Tener un amor secreto,
un amor
Suave y discreto
a una mujer.
es como tener un nido
perfumado y escondido
en nuestro sor...”
Tobías piensa. — con dolor, claro es¬
tá. — que al ser su pasión puramen¬
te platónica, no corre el riesgo de la
decepción. ¡Es tan quebrantadora la de¬
cepción de amor!... Es preferible el
deseo insatisfecho. (Pobre Tobías: qui¬
zá la experiencia lo haga discurrir con
tanto pesimismo). El dice que no es
comprendido. Quién sabe si tiene ra¬
zón. No sor comprendido... (Muchos
enamorados se expresan así como To¬
bías). Es interesante analizar esto. Me¬
jor dicho, nadie es comprendido sino a
medias y a medias no es el todo que
pretenden los enamorados. Querer ser
correspondido os ans'ar la felicidad
eterna, el eterno bienestar. Esto no es
\ RIAS
Vuelven nuevamente, las noches heladas
las tardes sin ritmo, los días sin sol,
y en el campo abierto, lomas y quebradas
hay como una queja de pena y dolor!
Suena como llanto el caer de las hojas.
Un aspecto grave tienen las ciudades
y al rodar la brisa envuelta en congojas
se hunde en la tristeza de las soledades.
Se nota en la gente como un dejo triste;
ruedan plañideras las olas del mar;
de opacos colores, el cielo se viste
y al correr, los vientos parecen llorar!...
Se alzan turbulentas las aguas del río
las mañanas tienen escaso rumor
flota en el espacio un hálito frío
y cae destrozada, la última flor!
P. E. B.
Agosto 1933.
posible. Es quimérico. Para tener la ilu¬
sión de felicidad. Tobías (porque, ilu¬
sión,-es nada más la felicidad), es me¬
nester. y me perdonas, no analizar (y
tiene tanto encanto el análisis), no ver.
no sentir y. basta quizá no querer. Y
esto, como tú comprenderás, es ingra¬
to a un hombre como tú. Tobías...!
Ser comprendido es una ilusión de
amor. Se “comprende” el ruido de un
bolso con dinero pero no el latir de un
corazón. Xo seas romántico, Tobías.
Ñervo dice: “No te quejes nunca de
la incomprensión de los demás. Nadie
comprende a nadie totalmente en este
mundo”.
Y es asi.
EiHS EiETRíSS*
Al compañero Juan
D. Sanz.
C ontemplo un instante las peque¬
ñas letras de molde,atiborradas en
la caja; las contemplo con amor,
con ese cariño que se siente hacia
un viejo amigo, que lia sido fiel e
inseparable compañero de todas las
horas. ¡ Eas letras de molde !...
Cuántos pensamientos retrotraen a
mi memoria ... Me recuerdan ellas,
los incontables días en que eon afán
o con desgano, con alegría o con
tristeza, las he ido recogiendo una
a una, para formar sílabas primero,
luego palabras y frases que exterio¬
rizarían las ideas qué pensaron y
escribieron otros.
Las contemplo en silencio y pare¬
ce que me hablan, que me dicen de
los anhelos de joven, de aquellos
primeros que poblaran de ilusión y
venturanza mi mente y de las cua¬
les fueron ellas, tiernas y amorosas
confidentes.
Las letras de molde .. . Sobre ellas
he dejado un pedazo largo de mi
vida; inclinado sobre ellas he senti¬
do las fatigas agobiantes de la lucha
por la existencia y he visto correr
el tiempo con su ruda y glacial in¬
diferencia desde los albores de mi
primavera hasta estos días grises,
de intensa melancolía, que son co¬
mo la trágica anunciación del in¬
vierno cercano . . .
Letritas de molde ..., silentes y ca¬
riñosas compañeras; 3^0 os profeso
más hondo afecto, porque sobre vos¬
otros fluctúa siempre una chispa del
genio de Gutemberg....
Ventura. Barrios.
¡Qué torpes que somos, cuando que¬
remos meternos en el alma de uno mu¬
jer, — cofre de complejidades, — en
1111 afán supremo de ideal de amor. . . !
Carlos Cardozo Ferreira.
10
nuestra raza
DE NUESTRA COLABORADORA CHICHITA
PARA LA MUJER DE NUESTRA RAZA
Para la mujer de nuestra raza
La que os les escribe, es ya una ve¬
terana en las cosas de nuestra sociedad.
Conoce bien sus deseos, sus necesida¬
des, sus aspiraciones. Claro está, bue¬
nas amiguitas mías, y amables lectoras,
que no pretendo — ¡Dios me perdone!
— sentar cátedra do profesora de ma¬
teria alguna, y si sólo, decirles, por in¬
termedio de esta simpática revista que
tan gentilmente me ha ofrecido sus pá¬
ginas, que desde hoy en adelante, to¬
das nuestras múltiples cuestiones del
hogar, de la sociedad, de la vida, etc.,
etc., podremos tratarlas, ya s.ea ampara¬
das en el pseudónimo o con nombre pro¬
pio, desde esta revista.
Ya es tiempo de que tengamos un se¬
manario pura y exclusivamente de nues¬
tra raza. De nosotros y para nosotros.
Dejémonos de meditar con criterio sim¬
plista en el pasado. Es pueril eso del
clásico de “todo tiempo o pasado fué
mejor”. El tiempo es mejor o peor se¬
gún nuestro espíritu de acción y de re¬
novación. Es necesario un órgano de pu¬
blicidad nuestro, como el pan. No sabe¬
mos si estamos vivas o muertas..., si
fulana se casó o se murió, o viajó, etc.
Esto es verdaderamente selvático. Pa¬
recería mis buenas amiguitas que vivi¬
mos en una molicie de jungla!...
Dónde vamos a parar nosotros, si con
el criterio de que somos de color, no
nos tomamos un “respiro” de cuestio¬
nes puramente nuestras? Eso de tener
que nutrirse de los hipos de hartazgo in-
intelectualista de las señoritas blan¬
cas es odioso, antipático y antinegro. Es
desconocernos, creermos incapaces de
laborar, nuestra propia felicidad!
No soy, queridas, de las que admiran
el totemismo o la división en tribus de
las razas, pero; ¡vamos!, nosotras bien
pedemos ser un poco para nosotras.
¿Estamos?
Veremos lo que me escriben.
Chichita.
JORGE MACIEL BROWN
Hoy, trabajando para nuestra revista,
nos hemos acordado con emoción, del
excelente y caballeresco amigo Jorge,
que perdimos en el apogeo de su vida
ejemplo de virtudes.
Jorge, era de aquellos hombres, que
siempre estaban prontos para hacer al-'
go por el progreso y elevación de nues¬
tra raza.
Siempre se podlá contar con él; y,
hoy, que se ha ido para siempre del es¬
cenario que lo vió luchar y triunfar, de¬
seamos paz en su tumba.
MUESTRA. RAZA
11
A vosotros, compañeros
A vosotros, compañeros, de quienes
conozco esfuerzos, ensueños, afanes, a
vosotros compañeros, me dirijo con el
respeto cariñoso y cordial de quien
os aprecia y os valora, porque sois se¬
lectos espíritus en nuestra raza; os pi¬
do que volváis una vez más por ella,
por la pobre colectividad anquilosada
y huérfana de concreciones de progre¬
so; volved, compañeros, una vez más.
Yo os conozco nobles, yo os conozco es¬
forzados; yo os identifico, por la llami-
ta de Ideal del más puro fue lleváis
eternamente encendida en vuestros pe¬
chos!... sé que todos sentís el mismo
anhelo de bien por nuestra raza; y que
solamente la ingrata y no ignorada eter¬
na espera, — por los triunfos positivos,
es la que a veces parece marcar en
vuestras actitudes, un no sé qué de ex-
ceptismo e incredulidad. Pero, también
se que este, es lo que os hace sentir con
Libros que recomendamos
Recomendamos a las personas que por
placer o instrucción sean amantes de los
buenos libros, lean *los que más abajo
les nombramos:
Romance de la niña negra que Olis¬
caba a Dios”, de Jorge Bernad Shaw.
Congo ’, notable, de Andrée Gide.
“Batuala’ ^de Renée Maran.
“Los prejuicios de la raza”, por Finot.
‘‘Las civilizaciones negro-africanas”,
por Delafosse.
mayor intensidad los llamados sinceros
y lo que os predispone con siempre
renovados bríos, para las luchas por el
Ideal, las que siempre os encontrarán
de pie y sin claudicaciones como el viejo
soldado romano de la historia. Vuestra
levadura espiritual prohíja, vuestras vir¬
tudes.
Me dirijo a vosotros: los Peña, los
Bottaro, los Turné, los Gares, los Be-
tervide, los Pereyra Carril, los Ferrei¬
ra, los Pérez, los Cabral, señoras de
Díaz, de Núñez, Ubarne Mansilla de Es¬
pinosa, Nascimiento de los Santos, los
del Puerto, los Rivero, los Gentile, Ma¬
ruja Pereyra, Duarte Costa (recordamos
sus conferencias), Hugo Rodríguez, Juan
Baez, y tantos otros, cuyos nombres se
me escapan por la premura, con que se
escribe un pleito periodístico.
C. C. F.
Del poeta Manuel Benavente
Uno de nuestras redactores, ha reci¬
bido con la satisfacción que es de ima¬
ginarse, dos hermosos libros del emoti¬
vo poeta nacional, profesor del Liceo
de Paysandú, don Manuel Benavente.
El feliz poseedor de lo v s libros aludidos
es nuestro compañero Carlos Oanlozo
Ferreira.
EL TROVADOR
Caía la tarde, el sol se ocultaba,
y envuelto en perfume la brisa arrastraba
la salutación
que enviaban las aves del cercano monte
a la bella luna, que hacia magestuosa por el horizonte
su aparición!
Desdobló la noche, su espléndido manto
llenóse el ambiente de risa y de canto,
y en gran confusión,
se oyeron suspiros, susurros y besos,
del templo cercano, se oían los rezos
al dar la oración!
Dormían las casas con sueño profundo
y entre aquel silencio que llenaba el mundo
de pronto vibró
llenando el espacio de acordes divinos,
las notas sublimes, que manos maestras, a los mandolinos
ardiente arrancó!
Y el trovero errante, se acercó a unas rejas
templó su instrumento, y armoniosamente levantó sus quejas
que el viento llevó,
a través del muro, hasta el mismo lecho
donde dormitaba palpitante el pecho
la mujer que amó!...
Ya el cíelo vestía múltiples colores,
de nuevo reinaban pájaros y flores
y el aura arrastró
la voz del trovero que se iba alejando
y el eco muy vago de un gemir llorando
fluctuando quedó!
I
ó Otoño 1953.
v-
P. E. B.
&ÜESTRA RAzA
la
COMO EL BRONCE
LA ESTIRPE HEROICA
Por M. H. Bottaro
romo la definiera Carlyle: el ver¬
dadero heroísmo, la raza negra,
brindó en las epopeyas americanas,
innumerables actos heroicos que su¬
blimizan su contribución valerosa a
un orden de libertad, que ellos no
gozaban. Su desprendimiento por la
causa de la emancipación de Amé¬
rica, no fué acuciado, porque sus
amos, portugueses o españoles, hicie¬
ron torturantes sus días; sino, que
hubo en su contribución a la libe¬
ración de los pueblos .algo así como
una videncia: de que, la felicidad
humana, empieza, más que en la. li¬
bertad del suelo, que es superior a
todas las libertades.
El Centro, Norte y Sur de Amé¬
rica. no pudieron ver deslumbrar el
sol de su libertad, sin la colabora¬
ción heroica de la raza, de .ébano,
que traída a las fértiles campiñas
americanas para ser un facto de li¬
gazón en la formación de una nue¬
va raza, con que había de refundir¬
se el elemento aborigen, supo, en
las horas supremas de su liberación,
s . er factor decisivo, en la conso¬
lidación del patrio ideal.
•No se abrirá ningún historial de
las glorias de América, que entre
sus páginas 'de oro no s»e destaque
un rasgo de grandeza épica, — dig¬
na de un canto de Homero, — que
no sea trazado por la abnegación o
fidelidad de los descendientes del
dios Oam. que a pesar de traer el es¬
tigma de ser los eternos ciervos de sus
hermanos, fueron, en. Chaeabuco o
Maipú. en el alborear de ‘‘Las Pie¬
dras” o en el doloroso atardecer de
Tacuarembó: el esfuerzo sin tasa, la
abnegación sin medida, que reafir¬
mara sobre los campos de la lucha
epónima, el supremo anhelo de las
patrias libertadas.
Y todo ese caudal de sangre ge¬
nerosa; esos empeños heroicos, pro¬
digados desde la humilde condición
de esclavos, realza su grandeza his¬
tórica, ya que sólo exigían: “ser
ocupados donde fuesen más útiles
a 1a. libertad”.
Los ‘‘Patricios” de San Martín,
los “Libertos”, de Zufriategui, la
“horda negra” que acaudillara el
padre Merelos, probaron, en los mil
combates de la Independencia Ame¬
ricana, que la raza negra fué más
que un eslabón en la cadena de la
nueva raza Americana ; más (pie un
elemento de explotación a sus ri¬
quezas vírgenes; fué por un desig¬
nio del momento histórico, faetor
preponderante, que bajo el bautis¬
mo de fuego de cien batallas, santi-
14
nuestra razA
ficó, lo anónimo de sus .nombres,
con el venerado concepto de :estir¬
pe heroica.
Betronio.
Agosto de 1933.
HOY
25 DE AGOSTO
Este año el calendario oficial la
señala como la — única — fiesta
patria- ..■
Si en iel espíritu ampliamente pa¬
triótico (no patriotero) de los libres
no es la única, es la más significa¬
tiva, porque, la instalación de la
asamblea, de la Florida,, el 14 de
Junio de mil ochocientos noventa y
cinco marca en 1a. vida* civil de
nuestro pueblo el principio de una
el apa política, ampliada y defini¬
da con la declaración de Pueblo li¬
bre e independiente que sancionó
aquella Asamblea Provisional el 25
de Agosto de 1825 y que, a pesar
de la, incorporación inmediata a las
demás provincias del Río de la Pla¬
ta y de las luchas armadas, soste¬
nidas con el tenaz y ambicioso Bra¬
sil.
Fon aquella declaración es que
conquista y afirma el derecho a cons¬
tituir su porvenir!
NEiSTRA RAZA se asocia a la
conmemoración de fecha tan signi¬
ficativa !
ESPERAMOS...
Al dar a la luz pública, con el esfuer¬
zo que ello implica, la revista NUESTRA
RAZA, »que tratará por todos los me¬
dios de ser fiel intérprete del sentir de
la raza ante la opinión de la nación,
esperamos confiados con el aporte ma¬
terial y cultural que nos prestarán, to¬
das aquellas personas que no se sien¬
tan jamás acobardadas cuando de ha¬
cer algo se trata.
Nuestra revista, es de todos y para
todos.
Sus páginas están a disposición de
las personas que tengan algo que decir
o divulgar en bien de la colectividad y
jamás por desahogo de infructuosos
personalismos, ni exposición de bajas
pasiones, ni mezquinos intereses.
En el número próximo NUESTRA
RAZA publicará en esta sección un
resumen de los partidos de foot-baU
de la primera división profesional,
donde áctúan honrosamente muchos
de los nuestros.
Como en las demás secciones de
la revista, se dará cabida a todas
aquellas crónicas que bajo firma nos
sean enviadas.
Edmundo, el encargado d-e esta
Contribuya Yd. al sostenimiento de NUESTRA RAZA
NUESTRA RAZA
ls
sección, autoridad en el arte de Pas¬
toriza, tratará con preferencia la
ciencia de los bollos.
Conque, aficionado amigo: a tus
órdenes.
Pantaleón.
De luto
Muerte! en tus siete pal¬
mos si termina un dolor, otro
comienza .—Belmiro Braga.
Hasta el revistero cuya misión a
primera Vista parecería imbuida de
ironía; plena de burla, tiene a ve¬
ces que afrontar situaciones en que
domina la pena
Esta es la situación de Telob que
hoy, pretendiendo salvar a los re¬
dactores cuya excesiva sensibidad
los descubre como temerosos, ini¬
cia esta nota colocando como acá¬
pite el aforismo de un Poeta.
Francisco Moréira
En momentos en que entraba
en prensa el primer número de la
revista, hemos sido sorprendidos
por la dolorosa noticia del falleci¬
miento de este bien conceptuado
coterráneo y amigo.
Hombre de bien, caballero sin
tacha. NUESTRA RAZA se descu
bre ante la tumba recientemente
abierta.
José Leoncio Silva
Acaba de fallecer este distingui¬
do caballero brasileño radicado des¬
de hace muchos años entre noso¬
tros. El extinto estaba muy Vincu¬
lado a nuestra sociedad, en la que
actuó entusiasta, desinteresadamen¬
te, hacemos llegar hasta sus deudos
el pésame de NUESTRA RAZA.
Antonio Cabrera
Otro de los nuestros que tam¬
bién se fué, Víctima de la Parca.
Era Cabrera un viejo y modesto
empleado del Banco de la Repú¬
blica; su muerte enluta a distin¬
guidas familias de nuestro ambiente
Paz en su tumba.
José M.a Sánchez
En San Carlos, tras' larga do¬
lencia, falleció a principios del mes
corriente, el señor José M a Sán¬
chez De carácter afable y raras
cualidades de caballerosidad, Sán¬
chez pasó por la Vida dejando a
su paso hondos afectos.
Ante la tumba tempranamente
abierta del amigo, nos inclinamos
y depositamos en ella la siempre¬
viva del recuerdo.
Tei.ob.
EL PROXIMO NUMERO
Nuestros cronistas, ya han solicitado
con halagador éxito clichés, fotos y da¬
tos preciosos, de gentiles señoritas y
destacados miembros de nuestra raza.
Serán noticias de verdadero interés so¬
cial, las que no dudamos serán aprecia¬
das debidamente por nuestros lectores.
16
NUESTRA RAZÁ
Nuestro saludo
NUESTRA RAZA, al aparecer,
envía un cortes saludo a toda la
prensa del país.
DE REDACCION
Un traspapelamiento involunta¬
rio de originales, nos prohíbe, muy
a pesar nuestro, publicar en este
número, el enjundioso artículo
«Trasmutación de valores», pro¬
ducto de la pluma agil y privile¬
giada de Marcelino Bottaro.
Más afiatados en nuestro come¬
tido y con los nervios menos ten¬
sos (¿verdad, compañero Cabral?)
prometemos publicarlo en nuestro
próximo número de Setiembre, co¬
mo asi mismo subsanar otras de¬
ficiencias, en las que fatalmente
hemos incurrido, debido .-'a la pre¬
mura con que hemos confeccio¬
nado este númeró.
Correspondencia
Esta sección a cargo de
Peraza se pone, como to¬
das las de la revista a tu
disposición, lectora y lector
amigo.
A Paulita. Rocha.—La máquina
que usted necesita la encontrará
en la casa Xista, General Flores,
2201. A sus órdenes.
A Coqueta.— Diríjase a Nía por
redacción.
A Tricot .— Le agradecemos su
ofrecimiento y desde ya le conta¬
mos entre nuestros colaborado¬
res.
A Dody .— En el próximo núme¬
ro contestaremos a su primera
pregunta. A la segunda, después.
PERAZA
Montevideo, Agosto I 933 .
Dónde se puede retirar NÜESTRft KftZft
Comandante Braga 2593 Constitución 1760
Mendez Núñez 2982 Julián Alvarez 127 (Belvedere)
Maldonado 1342 Yi 1361
PRECIO UNICO DE LA REVISTA $ 0.10 centésimos